A veces me sorprende mi capacidad para aguantar a una persona idiota. Alaric no me quiere decir quién es mi custodio. Hace días que no veo a Liam y tengo miedo de que la psicópata de Rachel sea mi nueva guardaespaldas. Sé que al menos me va a tirar por un puente tan pronto como quedemos solas.
¿Cómo sigo del empujón que me dió Rachel? Bueno, me duele, mi labio inferior ya no está tan hinchado, aunque sigue algo roto con un poquito de molestia, y el dolor es más pasable… por ahora.
¿El problema? Me llegó el período y siento que me muero de dolor. Los cólicos me están matando, junto con todos los malestares que lo acompañan. Incluso el vikingo, con su rostro de piedra, pensó que estaba loca por no querer salir.
—Habíamos quedado en que íbamos a salir hoy a cenar. ¿Por qué cambiaste de parecer? Anoche querías salir conmigo —me pregunta confundido, como si el mundo entero estuviera en peligro por un cambio de planes.
—Anoche quería comer una ensalada con pepino y papas —le respondí con de