Cierro los ojos y al pasar mi mano por mi fluido por accidente veo que tengo sangre mezclada con fluido, seguro ya se dio cuenta... debo darle asco.
Me dirijo con rapidez al baño y al abrir la puerta está de espaldas a mi en la ducha de cristal, lo que me permite ver unas enormes cicatrices que atraviesan sus omóplatos de arriba a abajo.
Pensé que era una alucinación mía, pero es muy real.
Hades se gira rápidamente y me observa de pies a cabeza, sonríe levemente y me hace una señal para que me acerque.
Aún siento vergüenza, aunque ya me vió completa, sigue siendo una situación incómoda para mi.
Camino lentamente para no mostrar que estoy lastimada y entro a la ducha.
- hola...- digo con la mirada baja.
Pensé que deslumbraria de alegría luego de lo que pasó, pero es lo opuesto, luego de aquello me siento algo decaída.
Me acerca a él y me abraza.
- ¿cómo te sientes nena?- me pregunta con media sonrisa.
¿debería decir la verdad?
- estoy bien- digo sonriendo, aunque la verdad no me siento