—Ten más cuidado, pequeña ¿podrías lastimarte? —dijo Valentino con una sonrisa.
Bianca se recuperó de la sorpresa de verlo allí y envolvió las manos en su cuello antes de ponerse de puntillas para besarlo. Aunque ella fue la que tomó la iniciativa pronto Valentino se hizo cargo y el beso comenzó a subir de nivel.
—Te extrañé —dijo Bianca.
Nunca se iba a limitar en demostrar sus expresiones. Había aprendido que no tenía ningún sentido andar ocultando lo que uno quería decir o hacer. Todavía era tímida, pero eso no le iba impedir actuar de acuerdo a sus sentimientos.
—Me di cuenta —bromeó el con una sonrisa presumida. Ella lo golpeó en el brazo—. Yo también te extrañe —declaró él a continuación.
—Vamos.
Bianca se puso a camin