Tiago se separó de Dulce al momento que vio a Eros ingresar a su bar, maldijo por lo bajo, realmente había extrañado los labios rellenos de la joven, le sabían a gloria, con un leve gesto de cabeza le hizo ver a la pelinegra porque ese alejaba, mientras la joven arrugaba el entre cejo.
— Mierda, no creo que Eros venga en plan de pelea. — dijo no muy segura de sus propias palabras y al girar a ver a Tiago lo encontró sacando un bate de beisbol de debajo de la barra mientras mostraba una gran sonrisa.
— Blanca nieves, te presento a Sofy. — dijo el moreno mostrando una siniestra sonrisa surcando su rostro.
— Es una lástima. — respondió con un suspiro pesado la joven mientras veía el hermoso color de piel de Tiago.
— ¿Qué cosa?
— Me gustas… demasiado para mi propio bien, es una l&aac