85. Te ayudaré a hacerlo…
— Quiero que sepas que yo jamás os abandoné, creí que tu madre había muerto y por eso me casé con otra mujer, una mujer que me impusieron prácticamente…— se sentía muy avergonzado al confesarle a su hijo que había cedido en algo así después de haberlos perdido.
—¿Entonces mi mamá no es una rompe hogares? — le preguntó el pequeño a su padre con lágrimas en los ojos — mi mamá no ha muerto y yo tampoco. Te mintieron. No quiero que llamen a mi mamá un rompe hogares porque no lo es. Entonces por eso me llamo Ricardo como tú, ¿y Federico como mi abuelo?
— No, tu mamá no es una rompe hogares porque yo siempre quise casarme con ella y eso habría hecho si no nos hubieran engañado.
Ricardo secó las lágrimas de su hijo con los dedos conteniendo las suyas, no quería verse débil frente a su hijo y mucho menos llorar también.
Federico se abrazó a su padre sin dejar de llorar.
—Yo siempre quise conocerte— murmuro el pequeño, volteando a ver a su padre con lágrimas en los ojos —mamá siempre me dijo q