Lía no se deja intimidar, pese a vivir en los suburbios y ser de una familia muy humilde, busca oportunidades en la vida para surgir. Su gracia y personalidad le permite destacar en donde está, lo que le ayudará a defenderse de la crueldad qué puede éxistir al convivir con personas de diferente clase social. Allí, donde jamás lo pensó, encontrará el verdadero amor.
Leer más- Sucia niñita! Cerda y mal oliente mocosa! Sal de mi tienda antes que llame a la policía!! - dijo don Oracio, alzando poco a poco la voz hasta que su cara se volvió completamente roja de ira.
- Veo que esta enojado Señor, pero ¡no me comparta su saliva! - dijo Lía de tan solo ocho años limpiandose exageradamente el rostro, luego de haber entrado a una vedureria y mascar una gran manzana.Lía vivía en los suburbios, su familia era bastante pobre por lo que su aspecto siempre era desarreglado y un poco empolvado. Su larga melena castaña despeinada traia hojas enrredadas difíciles de quitar.Lía, vivía metiéndose en aprietos, especialmente por su incapacidad de guardar silencio y responder de manera acelerada, lo que era gracioso para algunos pero muy molesto para otros, especialmente para los dueños de almacenes qué deseaban evitar su entrada, diciendo que su presencia daba mal aspecto al lugar, sumado a que Lia comía cosas dentro de las tiendas sin tener como pagar.- Lía! otra vez tu, cuando vas a entender que.. - dijo el oficial de policía luego de ser interrumpido por un gran estruendo. Lía al ver al oficial habría retrocedido enérgicamente pasando a empujar una montaña de tomates perfectamente apilados, los cuales habían quedado desparramado por toda la verdureria, haciendo tropesar a varios clientes, especialmente a don oracio quien habría impactado su rostro contra el suelo justo encima de un gran tomate maduro, dejando a la vista solo su calva cabeza.-¡¡¡ LIAAAA!!! TE VOY A... - dijo don Oracio mientras lía no pudo evitar reírse a carcajadas, lo que generó aun más molestia a su alrrededor, por lo que trato de diaminular tosiendo un poco y diciendo: - Don Oracio, debería agradecerme, habían tomates podridos escondidos allí, qué mal aspecto para sus clientes. - dijo con un tono burlon.Debido a ese incidente, el oficial de policía le ordenó ser la ayudante de don Oracio, debiendo asistir todas las mañanas a limpiar la verdureria antes de abrir, lo que Lia aceptó sin pensar, temiendo qué esto lo supieran sus padres, los cuales una qué otra vez habían sido afectados por sus hazañas, debiendo pagar con trabajo las imprudencias de Lia, siendo humillados por eso y no recibiendo ningún pago.Debido a la insistencia del oficial, don Oracio terminó accediendo pero de muy mala gana, la niña que más problemas le generaba vendría todos los días a su verdureria, no visualizando ningún provecho en ello, pero el oficial con su discurso de responsabilidad y de aportar en las nuevas generaciones, lo convenció levemente.- TE ESPERO MAÑANA A LAS 8, NINGÚN MINUTO MÁS! Dijo sobresaltado.- Esta bien, aqui estaré don Oracio, lo siento mucho, solo tenia hambre- Dijo lía agachando la mirada y con una actitud pesimista...................................................................................................................Amistad inesperadaDon oracio... ese viejo regañon y enojón se habría encariñado con la niña, permitiéndole trabajar para él, luego de ver su entusiasmo, responsabilidad y cortesía con los clientes, incluso le habría confeccionado un delantal a su medida lo que generaba mucha ternura.- Hey, Lía! Niñita revoltosa ven a comer! Hice un gran festín - dijo don oracio acariciando varias veces su vientre.- ¿hora de comer? Ya esta bueno, trabajo como burra!! - soltó lía gerando una gran carcajada a don Oracio mientras se dirija al pequeño comedor qué había en el fondo.De pronto unos ruidosos tacos entran a la verdureria, era una mujer de gran estatura, bien vestida y bastante arrogante. Entro mirando el lugar y moviendo sus dedos con uñas perfectamente pintadas, dando entender que todo lo que veía estaba sucio.Lia como de costumbre, se apresuró a atenderla con una gran sorrisa entusiasta, pero la mujer la ignoró por completo.- oiga!! Aquí estoy!! Aquí ABAJO! ¿ No me ve? - dijo Lia parándose de puntitas.- ay, niñita, habla más despacio, qué voz tan ruidosa y molesta tienes, llama al dueño para ver si me convence de comprar en este lugar tan...tan...Pintoresco - dijo arrugando su respingada nariz.Lia se sintió muy molesta, no estaba dispuesta a ser tratada así, menos en ese lugar que ya consideraba como su casa, por lo que tomó una bandeja con rodajas de piña qué se ofrecían a los clientes, las ordenó perfectamente luego de untarlas en salsa picante por la parte de abajo y con una gran sonrisa le dijo.- Claro señora, pero por mientras, le dejo unas deliciosas rodajas de piña fresca, para su desgustatacion.- mmm.. Ok.. - dijo la mujer mientras tomaba el trozo más grande y lo ponía directo en su boca.Solo unos segundos después, la mujer saltaba como un cerdo, botando todas las frutas a su paso y escupiendo al suelo. Su perfecta vestimenta estaba toda manchada con su propia saliva, donde se podía divisar la salsa picante.De pronto, fijo su grandes ojos en lía y moviendo las manos de arriba a abajo le dijo: - TU! PEQUEÑA DEMONIO! VEN PARA ACÁ! TE VOY A.....- Pero que es este griterío, qué pasó en mi negocio. Porque esta todo en el suelo - interrumpiendo don Oracio y agarrándose su cabeza con desespero.- ¡¡ TODO ES CULPA DE ESTA MOCOSA!! - dijo esa mujer, mientras agarraba a lia de una oreja y la pobre niña gritaba de dolor.Don Oracio abrió unos grandes ojos y reaccionando enseguida le dijo - SUÉLTALA DE INMEDIATO, ella es la vendedora del lugar y también mi amiga, no se lo que le haya hecho pero seguramente usted la provocó primero, le recomiendo que se retire o llamaré al oficial Márquez.La mujer soltó de golpe a Lía, luego acomodó su cartera en el hombro, esbozó una sonrisa triunfante, qué desconcertó un poco a don Oracio y luego se fue.Esa mujer, no era nada más ni nada menos que la esposa del alcalde de la gran ciudad. El problema es que ni Lia ni don oracio lo sabían.No había pasado ni una hora del incidente y servicios proteccionales estaba en el lugar, interrogando a don Oracio por una denuncia de secuestro a una niña en situación de calle y trabajo infantil forzado.Don Oracio estaba pálido por la conmoción, las preguntas que le realizaban le ofendian y todos lo miraban con desprecio, haciéndolo sentir culpable.- Oracio Villegas, hemos venido por una denuncia realizada de manera anónima, donde se expone una situación de suma gravedad, le pido que copere con el proceso o tendremos que interrogarlo en la comisaría - dijo un agente de la fiscalia mientras observada al pobre viejo de arriba a abajo.Lía gritaba de enojo, diciendo que eso no era cierto, qué ella tenía padres y le gustaba venir a ayudar a don Oracio en la verdureria pero nadie parecía escucharla.Servicios infantiles se llevó a Lía a un hogar de menores, mientras abrían una investigación al respecto. Sin duda esa mujer había logrado el daño qué deseaba y tanto don Oracio como Lía se encontraban tristes, abrumados y asustados con lo que estaba sucediendo.La asistente social entrevistó a Lía y considero su relato bastante convincente, por lo que realizó de manera inmediata, una visita domiciliaria a la dirección que le dio la niña.Al llegar allí, había una casa bastante deteriorada, pero con un patio ordenado y con bastantes cosas reciclable a las que habían logrado darles con un nuevo uso.Al llamar a la puerta los padres de lía la invitaron a pasar sin mostrar oposición, fueron muy amables y su comportamiento era humilde, respondieron a todas las preguntas y sintieron angustia al saber que Lía estaba en un hogar de menores, señalando qué ya de habían empezado a preocupar pues Lía era muy puntual en su hora de llegada.- Señorita, no tenemos grandes lujos pero gracias a Dios no nos falta para el día, Lía es nuestro tesoro y damos fe que don Oracio es un hombre bueno, nosotros autorizamos a Lía qué fuese a ayudarlo en la verdureria, siempre le generaba molestias pero se convirtieron en buenos amigos, por favor, diganos que hacer para que Lía este de regreso. - dijo la madre con un todo de voz dulce marcado por la preocupación.- Entiendo, haré todo lo que este a mi alcance y los mantendré informados - dijo Clara, la asistente social del hogar de menores.Lía no tardó en regresar a casa, pero debía mantenerse alejada de don Oracio mientras duraba la investigación, lo cual la tenía devastada.No lograba contener el enojo, asique solo pudo pensar en..Inés miró a lo lejos, sintió un alivio inexplicable que iniciaba desde su estómago y se extendía a lo largo de su cuerpo hasta llegar rápidamente a su cabeza, calmando sus pensamientos y sus tristezas de manera inmediata, porque eso que tanto esperaba, al fin ocurría, aquello que parecía imposible, por fin sentía esa sabor a victoria que no podia quitarse de la boca. Inés respiraba con calma como si acababa de quitarse una gran carga de encima, miró a Lía a lo lejos y con los ojos llorosos corrió instintivamente hasta ella, recibiendo ese calor materno, cálido y protector que tanto anhelaba desde niña, esa aroma tan particular en ella que ya reconocía como su lugar seguro. Ver a la profesora Eva salir esposada del lugar trasmitió una calma a toda la audiencia, respirandose alivio en el ambiente y una sensación de justicia. Algunos se acercaban a Inés, señalandole lamentar lo que había vivido, dándole unas pequeñas palmadas en la espalda y mirándola con asombro, mientras ella se mos
Rocío detuvo la grabación que hizo desde el inicio, porque ya no solo mostrarian la grabación de Inés respecto a su relato y las imágenes que Lía le había sacado después de lo sucedido en los baños, ahora tendrían un video que exponía a la profesora Eva completamente.Se dirigió despacio hacia Inés, quien pese a estar rodeada de otros niños que estaban preparándose para subir al escenario, nadie notó su presencia.- Inés, confía en mi, no pongas tu grabación, pon esta - dijo acercandole una pequeña memoria de su cámara donde se encontraba únicamente el video que acababa de grabar, pues se había encargado de eliminar todo lo demás de su cámara para que Inés no se confundiera en el video que se debía proyectar.Inés la miró unos segundos , sin duda dudó de la palabra de alguien que recién conocía. Pero si era amiga de Lía y ella le había expuesto el plan era porque realmente confiaba en ella, por lo que acintio unas veces y se preparó para el show.Había un momento de la actividad, don
Inés se despertó muy temprano, había llegado el día en que podría desenmascarar a la profesora Eva y debía ser cautelosa, no podían existir equivocaciones, daba vueltas en su cama sin poder continuar durmiendo, mientras escuchó un ruido en la cocina.Se levantó a toda prisa pero, con miedo a que pudiese ser un ladrón, sin embargo al mirar desde la puerta, vio una silueta femenina al final del pasillo, supo exactamente que se trataba de lía qué daba vueltas por la sala como un león enjaulado.Estaba igual o más nerviosa que Inés, repasaba él plan en su mente una y otra vez, hablando en voz baja, hasta que al voltearse su mirada se encontró con la de Inés. Ambas sonrieron, como si estuvieses conectadas y se ubiesen comucado claramente por varios minutos, pero ninguna había dicho ni una sola palabra.Se sentaron en la sala, se abrazaron y con una manta de polar meditaron en conjunto.- Que hacen aquí mis preciocitas - dijo Julián en tanto su alarma sonó y se bajó de golpe hacia el baño -
Todos estaban nerviosos, era el ensayo final, nada podía estropearlo, habrían importantes invitados como el alcalde, directores de otros establecimientos a nivel regional y las familias de cada alumno, asique debía ser lo más realista posible, debían imaginarse estar frente a todos ellos, por lo que habían invitado a todo el alumnado para presenciar el ensayo final.Todo comenzaba con una melodia alegre, que solo tardaba 10 segundos antes de perderse poco a poco para dar inicio a la bienvenoda.La profesora Eva avanzó hacia el escenario con una gran sonrisa, para iniciar dando la bienvenida a cada asistente par a luego leer una frase de Maria montesori " la claridad genera confíanza y la confianza inspira comportamientos positivos" haciendo énfasis en que el establecimiento era un lugar de prestigio, un segundo hogar para los alumnos donde podían soñar y confiar en sí mismos y en sus docentes, pero siempre con la presencia de normas y límites que favorecerian su futuro.Inés escuchaba
Lía e Inés tenían un plan, debían esperar el aniversario escolar para desenmascarar a la profesora frente a todos los asistentes, así nadie podría negar ni encubrir el verdadero rostro de esa mujer.Faltaba una semana, asique tenían el tiempo perfecto para idear lo más completo posible el plan, lo que no sabían era que la profesora Eva también estaba buscando maneras de que Inés fuera expulsada y en una semana podrían ocurrir demasiadas cosas en la sala de clases.Inés asistió a clase como de costumbre, se ofreció para pertenecer a la brigada de decoración y sonido del aniversario de la escuela, asique tenia el beneficio de ausentarse de la clase de la profesora Eva cada lunes, y preparar todo para llevar a cabo el plan con Lía.El gran problema comenzó cuando la profesora Eva fue designada para dirigir el evento, por que en cada ensayo se encontraba con Inés y buscaba la manera de dejarla mal frente a otros profesores y alumnos, tratando de aislarla de su medio lo que comenzaba a hart
Para Inés sería bastante sencillo un cambio de colegio, finalmente llevaba solo dos días en su escuela, pero no lo consideraba justo.Como podría abandonar esa escuela despues de lo que los demás niños viven con la profesora Eva, sentía que eso era una gran traición e injusticia para aquellos que no tenían padres comprensivos, qué creyeran su versión y les apoyarán. Inés decidió profundamente no quedarse de brazos cruzados, debía enfrentar a esa profesora como diera lugar, su abuelita siempre le dijo que los malos nunca ganan, aunque las apariencias engañen. Inés de dispuso para ir a su tercer día de clases, sintiendo una pisca de culpa por darle problemas a Julián y a Lia, pero ella sentía el deber de defender a esos niños, como alguna vez deseo que lo hicieran con ella, sabiendo perfectamente lo que era pedir ayuda sin recibir ninguna respuesta. No pudo evitar pensar en aquella vez que su abuelita enfermó y no tenían dinero para medicinas, recuerda la cantidad de horas en que cam
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