Capítulo 11: Fabricio, el único culpable en los papeles
Anahir Montes se encontraba en su nueva oficina dentro de la obra, con un par de planos extendidos sobre la mesa. Fruncía el ceño mientras comparaba los documentos en sus manos con los originales que había diseñado meses atrás. Algo estaba terriblemente mal. En los nuevos planos, ciertas estructuras habían sido modificadas de manera que comprometían la estabilidad del edificio.
—Esto no puede estar bien… —murmuró, repasando con el dedo una sección de las cimentaciones.
Las vigas de refuerzo habían sido reducidas, los cimientos menos profundos y ciertos muros de carga debilitados. Cualquier arquitecto competente sabría que estas modificaciones aumentarían el riesgo de fallos estructurales, especialmente en un proyecto de esta envergadura. Si alguien descubría estas fallas después de la construcción, su reputación quedaría destruida.
Justo cuando se disponía a revisar más a fondo, Nicolás Martínez entró a la oficina.
—Te ves preocu