Brock
Kira se aproxima a la luz que es magnífica, no se siente caliente sino como una corriente fría de una noche con una luna llena.
Yo sigo de rodillas, como si mi cuerpo no se pudiera levantar, nunca me había sucedido, era un hombre que estaba presto y dispuesto para atacar, como un animal salvaje en el bosque. Pero algo me contenía, una fuerza sobrenatural.
Temí levantar mi cabeza para ver qué sucedía, mi loba se mantenía junto a mí, también en posición de sumisión. No sé cuánto tiempo tenía aquí, ni si lo que había visto era real.
Sentía que estaba en una especie de tiempo que se repetía una y otra vez, como si fueran las mismas horas y minutos; pero cada cosa que sucedía era tan extraña como la anterior.
—Mi señora... mi brillante señora— decía la sacerdotisa encandilada.
Era la única que realmente se había atrevido a dar un paso adelante, Como si no tuviese miedo y yo mismo no sabía ni qué pensar. Cuando escucho una voz magnífica hablar a nosotros y el sonido retumba