Naiara
Recibí un llamado de uno de los criados y me fui corriendo. En lo que llegue al piso dónde estaban nuestras habitaciones, me di cuenta de que algo malo estaba pasando. Mi prima era extremadamente querida y podía ver la angustia de todos.
—¡Azaleia!— dije en voz alta y me arrodillo a su cama.
—Naiara, por favor, busca a mi esposo— me decía ella con voz trémula, y luego sollozaba de dolor.
Cuando de repente un señor se me acerco y luego hacer una reverencia se presentó como uno de los curanderos y me dice llamándome aparte.
— La señora ha tenido dolores y un poco de sangrado, pareciera estar en trabajo de parto y estamos muy preocupados, aún le faltan un par de semanas… no sabemos si está bien del todo— yo hablo con él en susurros y escucho los sonidos desesperados de mi prima de fondo.
—¿Cree que están en peligro ella y el bebé? — siento cómo mi corazón late apresuradamente mi pecho.
— Lo siento princesa, es difícil de saber… pero a la Duquesa le espera una larga noch