Recién llegada a la universidad de Yesca, Kendra Erazo debe enfrentarse a la ruptura de su novio. Con el corazón roto, Kendra decide ir a la fiesta de bienvenida que organizan los hermanos Diener; tres guapos universitarios de la alta sociedad que no suelen hablar mucho, pero imponen demasiado. Al otro día, Kendra despierta rodeada de cadáveres en una casa desconocida. No tiene recuerdos de la noche anterior, solo que fue a la fiesta en la mansión de los Diener y que bebió de más. Antes de poder acudir a la policía, la contacta un extraño personaje que amenaza con revelar un secreto que Kendra luchó por enterrar. Ahora debe cumplir las instrucciones de su acosador quien se vuelve más agresivo por momentos o descubrir quién está detrás de los asesinatos para revelar su identidad. Los principales sospechosos son los hermanos Diener y tendrá que acercarse a ellos para buscar respuestas.
Ler maisSiempre he pensado que la vida trata de hacer lo que mejor sabes hacer, estando lo mejor posible con la persona que mejor es para ti. Como mi novio quien es lo que siempre soñé.
Aunque, siendo sincera, nunca me había puesto a pensar en lo que buscaba en un hombre, pero estoy tan a gusto con él que mis expectativas son él. Y está bien porque Juan Pablo es el tipo de chico que estarías feliz de presentar a tu familia; cálido, formal, caballeroso, con metas bien dispuestas en su vida y con un futuro profesional decente, siempre encaja a la perfección en cualquier situación.Sabe adaptarse y sabe cómo hacer que uno pudiera adaptarse más fácilmente.Y para mí nuestra relación iba bien, pensaba que éramos esa pareja estable entre el montón de relaciones tóxicas o que iban en picada o que ya eran historia. Sin embargo, el hecho de que llevara tres días sin responder mis mensajes y uno ignorando mis llamadas me decía todo lo contrario.Al principio atribuí su distancia a los preparativos que hacíamos para la universidad, pues después de mucho papeleo, trámites y nervios, lo aceptaron en la Universidad de Yesca, una universidad privada cuyo renombre era tal, que ni siquiera la llegué a considerar como opción alguna vez. La colegiatura era fuerte, sí, cuando me metí a investigar solo por curiosidad tuve que cerrar la computadora portátil y fingir que no había visto nada.Pero la mejor parte de todo es que el fue transferido por un semestre, así que le respetarán la cifra de la colegiatura que paga en la humilde Universidad de Sores, la del pueblo en donde vivimos. Su sueño se hizo realidad: Estudiar Arquitectura en la mejor universidad del país, sobre todo en ese ámbito.Y la cereza del pastel es que yo también quedé. Me considero buena novia, leal, cariñosa y comprensiva; sinceramente y mi mejor amiga me llama ingenua, me veo casada con Juan Pablo, tendremos un perro, tal vez un loro y mientras él diseñaría plazas comerciales, viviendas o parques, yo atendería pacientes en el hospital del pueblo. Un arquitecto y una doctora, desde mi punto de vista todo es rosa.Así que cuando me insistió para aplicar también en la universidad para ver si podíamos irnos juntos, no tuve que pensar mucho para aceptarlo. Casi al día siguiente dije que sí. Una parte de mí (la más grande) creyó que no sería aceptada, la otra parte tenía la ilusión porque entonces seríamos una hermosa pareja. Me imaginaba a nuestros nuevos amigos celosos de nuestro amor, tal vez algunos deseando tener algo con el otro, pero nosotros demasiado enamorados para ver a alguien más.Me convencí de que, al regresar, nuestro amor sería más fuerte y entonces sería el momento idóneo para realmente empezar a planear un futuro a largo plazo juntos.Pero antes del futuro a largo plazo va el futuro mediato y este no se ve muy prometedor. Ya no le adjudicó su distancia a los preparativos, mi instinto ahora dice que todo va mal y aunque las señales son muy obvias, no lo quiero creer.Recibo un mensaje de texto en el que informa que debe hablar conmigo y pasará en diez minutos a mi casa.Son los diez minutos más largos de mi vida.Cuando llega, no puedo evitar sonreír, es casi un reflejo: Lo veo y automáticamente sonrío. Pero esta vez él no me devuelve la sonrisa. La punzada en mi interior amenaza con hacerme llorar. Su rechazo fue palpable, su mirada entre confusa, derrotada y enojada. Todo él es un muro de hielo que me pega tan fuerte, que ni siquiera puedo pensar bien.—¿Pasa algo? —atino a decir una vez que el silencio se vuelve insoportable—. Me da gusto verte.—Debemos romper —dice con voz firme—. La universidad será un ambiente nuevo, habrá cambios y también conoceremos a más personas. No es buena idea ir atados a algo... O alguien. Oí a la perfección cada una de sus palabras, sin embargo, lo que escuché fue: "Ahora que se me abrió el mundo quiero follar con alguien diferente". Hijo de perra.—¿Es broma?―No, Kendra ―si pudiera aventarle algo, lo haría, pero solo hay un cojín y eso no le hará ni cosquillas―. Mira, habrá experiencias nuevas, debemos estar abiertos a todo.Río nerviosamente, esto es una pesadilla. Metí mis papeles, recibí y envié mil correos, me imaginé un semestre divertido juntos. Creí en sus palabras de amor y caí en sus mentiras como una tonta.Fui una estúpida al basar mi futuro en un hombre.
No deberíamos acceder a los caprichos de la pareja. Valemos más que eso.
―Me transferí por ti ―digo con lágrimas en los ojos―. Y me estás dejando
―hago todo lo posible por conservar la calma―. Ahora que no puedo cancelar, no puedo decir que no y quedarme aquí ¡Me metí allá por ti!No digo más, él no dice más, nos quedamos en silencio mientras me siento en un sillón y me cruzo de brazos. M*****a sea, mi mundo acaba de irse a la m****a, pues Yesca es totalmente el tipo de universidad que no me favorece: Grande, con miles de alumnos, todos ellos desconocidos. Ese no es mi ambiente. Estaré lejos de mi hogar, de mi madre, de mi tía. Por dios, lejos de Dana, mi mejor amiga.―Espero que tengas éxito y te vaya bien.Juan Pablo sale por la puerta de entrada y no se detiene a mirarme. Hijo de puta, no, esto no puede quedar así. Me apuro a seguirlo, pero cuando llego al patio, veo su automóvil alejarse por la calle. Suelto un grito de furia, azoto la puerta, golpeo un cojín y lloro. Por más llamadas que le hago, me batea.Me metí en una situación de m****a y ahora debo vivir con las consecuencias. Tendré que ir a la Universidad de Yesca. Un semestre, solo es un maldito semestre, podré aguantar... Debo aguantar. Y si voy a ir de todas formas, tengo que disfrutarlo; algo bueno debe de salir de ello, estoy segura.Más tarde y con más optimismo, me preparo. Es una nueva etapa, interesante tal vez, lo peor que puede pasar es que sea una rechazada a la que todos ignoran y al final me voy y nadie notará mi ausencia. Puedo vivir con ello.Intentaré pasarla bien, no dejaré que Juan Pablo me lo arruine.A nuestro alrededor, todo es un caos, todo mundo pelea con todo el mundo, hay gritos, sangre y un zumbido de sierra eléctrica, pero en este momento, todo se reduce a Uriel.—Cuando no pudiste, le dijo a Gibrán que debía matarte, le dije que yo lo haría y no lo hice. Heber estaba impaciente, esperaba que lo recordaras, que lo quisieras. Nadie entendía por qué no nos recordabas. La sudadera era de Heber, pero no podías tenerla por si ibas a la policía, así que Gibrán la robó y me enfrentó. No podía permitir que les dijera a todos que Dana ordenó matarte, así que peleamos y entre empujones él cayó del edificio. Kendra, todo lo que pasó fue solo la pelea entre Dana y yo, ella queriendo matarte y yo tratando de salvarte mientras esperaba que recordaras.—¿Heber es Joan? El saber que yo no recordaba lo hizo estresarse, ¿cierto? Por mi culpa Joan volvió a salir.—Heber no podría hacerte daño, Dana convenció a Joan —murmura Uriel—. No he podido hacer que salga.—¿Ya los conocías? A Heber y Gi
No, no más muerte. Recuerdo a Heber y su dolor por su familia, a la chica con estrés post traumático a mi mamá sufriendo debido a mi papá. Sí, voy a ayudar, este don es una maldición, pero si lo tengo lo usaré para que la gente no sufra más. La transferencia de emociones tiene sentido, solo así podremos asegurarnos de que no hagan más daño. Quien pueda vivir así, que lo haga y quien no, se suicidará.Y tengo fe, mucha fe. Porque somos más los buenos.—¿Y qué dices, Kendra? Te unirás a mí para mejorar el mundo.Me ofrece su mano, puedo sentirla. Me ofrece un nuevo comienzo, un nuevo mundo. Ayudar, curar.Tomo su mano y entonces logro llegar a sus pacientes a través de él. Heber, la chica abandonada en la carretera, una chica violada en su casa, un chico cuya madre fue víctima de las drogas, la chica maltratada y casi molida a golpes. Y uno que me llama, uno que puedo sentir casi como si estuviera aquí: El hijo que ha sufrido agresión por su padre, que perdió a su madre debido a su herm
Diciembre 2011Mi vida se convierte en un vacío. Tengo la sensación de haber perdido algo de suma importancia. Algo que me pertenecía y que me fue arrebatado.Asisto a clases, leo en la biblioteca, cumplo con hacer actividad física y voy a repostería. Algo en el taller me causa nostalgia, pero no logro entender qué. Me siento vacía. Cuando duermo todo es negro, todo está en silencio.Mi tiempo en este lugar está llegando a su fin. Mi tía vino a visitarme el fin de semana anterior, comentó que mi madre está mucho mejor, que para mi regreso ella estará como antes, como cuando era feliz.Estando en mi celda, meditando sobre lo que haré al volver a casa, una guardia me llama. La sigo por los pasillos mientras algunas chicas me miran curiosas, otras solo parecen querer asesinarme. Llego al pabellón del hospital y me congelo. ¿Qué me van a hacer? Yo estoy bien de salud. Esto debe ser una mala señal.Asustada, retrocedo, pero la guardia me empuja hasta meterme en un cubículo que parece una e
—Tal vez también tengo una enfermedad mental —eso tendría mucho sentido—. Me pregunto si necesito ver a un psiquiatra.—Podría recomendarte al mío, pero es muy especial, no acepta a cualquiera.Eso es incluso gracioso, como si pudiera simplemente darme una tarjeta y yo hablara preguntando cuándo tienen cita libre.—Mi mamá tiene depresión, las enfermedades son hereditarias o eso me dijeron.—Podría ser... Oye, si tu sientes lo que los demás, ¿ellos podrían sentir lo que tú?Esa es una pregunta que no me habría plantado ni en un millón de años.Me encojo de hombros y lo miro como si no me importar, aunque definitivamente es interesante.—Vamos, inténtalo —dice animado—. Intenta que yo sienta algo.Lo hago solo para probarle que no funcionará. Cierro los ojos para imaginar lo que se siente ser feliz, es ver a una persona que quieres, es estar conforme con uno mismo, es ver que haz logrado por lo que tanto haz luchado, es saber que las personas a las que más quieres están bien. Cuando ab
Enero, 2011.El año comienza con dos buenas noticias: Al fin estoy curada de mi fractura de brazo y ya no hay un solo rastro de las heridas que yo sola me hice. Mi caso fue bastante sonado, pero no tanto como el caso de otra chica que se suicidó.Su nombre lo ignoro, pero sé que se tiró desde el cuarto piso de celdas. Simplemente se subió al barandal y se dejó caer. Por suerte no vi eso, si no, habría quedado traumada de por vida. O tal vez no.—¿Cómo te sientes? —me pregunta el doctor de aspecto agradable.—Bien, me ha servido el medicamento del dolor —sonrío y muevo el brazo con facilidad—. Y puedo moverme bien. Ya no me duele.—Tuviste una fisura, no es tan grave como una fractura expuesta, pero tenemos que cerciorarnos de que ya está totalmente soldada.En el reformatorio no hay una unidad de rayos X, así que me sorprendo cuando veo que trae una máquina rara y me pide que extienda el brazo.—Es portátil —anuncia—. Las maravillas de la tecnología.Una vez que vemos que mi brazo se
Noviembre, 2010.Heber no es exactamente un chico muy listo. O tal vez es que Joan verdaderamente es inteligente, posiblemente un poco más que el promedio. Solo he visto a Joan dos veces, cuando me trató mal un día en taller de repostería y hoy.—Va, otro acertijo...—No, son idiotas, o tu eres idiota —dice desde su posición recostado en el pasto.Y es por eso qué, ahora me doy cuenta de que prefiero mil veces a Heber.—Si tanto te molesta, ¿para qué viniste? —pregunto impaciente—. De haber sabido que eras tú, me iba antes.Suelta una carcajada burlona, su mirada es dura, como si analizara qué tanto daño me podría hacer con las palabras. Sé que está herido, siento que está herido, sigue sangrando y solo busca una manera de cerrar la herida aun cuando la forma le cause un desgarro peor.—El llorica le dijo a él —explica despreocupado—. Él no se dio cuenta de que era yo cuando lo vi hoy. Su primera pregunta fue: ¿Y cómo está ella? Y pensé que se refería a que alguien más estaba con noso
Último capítulo