AIDEN
Es poderoso, refrescante y mágico estar en el lugar que más amo y que más calor me ha sabido dar. Sara es mi eje, es el motor que bombea sangre a mi corazón y me mantiene con vida cada segundo del día. Sin ella simplemente no tendría ningún motivo para ver la vida a como la veo ahora. La envolví entre mis brazos desde atrás, con nuestras pieles sudorosas y casi sin aliento. En lugar de disminuir ese deseo que siento por ella, la ansiedad de volver a sentirla se ha hecho más grande. No quiero nunca más desconectarme de ella.
—Espero que nadie nos haya escuchado — soltó una risita nerviosa y besé su cuello—. Aiden, no...
—¿Aun estás sensible? — salí casi a regañadientes de su cálido