REBECCA
Me voy a volver loca. No sé en qué momento quise meterme a estudiar negocios y asociarme con mi padre. Sonrío al recordarlo, desde pequeña padre siempre se ha volcado en su trabajo. Recuerdo que me quedaba pasmada cada vez entraba a su despacho, me cogía en brazos y me sentaba en sus piernas, usando la enorme silla giratoria que hasta el día de hoy sigue teniendo. Me iba enseñando cosas que para un futuro él decía que me serviría.
Y no se equivocó. Gracias a él, tengo claro cuando quiero conseguir algo y la forma en la que así lo quiero. Me ha enseñado a tener seguridad y a tener el don de la palabra.
Suspiro, cansada. Esto de estudiar me agota lo que no está escrito.
Miro la hora de mi iPhone, las doce y veintitrés del mediodía. Padre se queda algunos sábados y yo le llevo la comida.
Me dispongo a recoger mis apuntes y me doy un repaso en el espejo de mi habitación antes de salir de mi casa.
Enciendo la radio y a medida que su