Eso me hizo sentirme satisfecha.
Pero, al darse cuenta de que no había nadie más cerca de allí, la mujer abrazó a la niña y se fue corriendo.
Escuché vagamente a la mamá regañando a la niña, diciéndole que no hiciera más cosas tan peligrosas en el futuro. A medida que se alejaba, no me miró ni una sola vez. Yo, yacía en el suelo, sintiendo el paso del tiempo y también la pérdida total de mi vitalidad.
Pasaron algunos curiosos cerca de la escena, pero solo sacudieron la cabeza y suspiraron aliviadas. Podía escuchar los flashes de las cámaras, pero simplemente nadie llamó a una ambulancia…
Poco a poco, perdí toda la sangre y mi cuerpo también iba a enfriarse. Finalmente, en este mundo ya no existía una persona llamada Lluvia López.
*** Estaba muerta, en un lugar donde no le importaba a nadie.
Morí con una expresión horrible, con los ojos de par en par y un gran agujero en mi abdomen; mis piernas estaban torcidas y enredadas, y un brazo yacía solo en el borde de la carretera.
Era ciert