Capítulo 4: Admirador secreto.

Bruno

La casa de los padres de Aleska era muy bonita y elegante. Me fijé en una de las paredes, de la cual colgaban un montón de portarretratos con las fotos de la familia Ivanović.

—El matrimonio será dentro de poco tiempo —Eva, la hermana mayor de Aleska, nos dijo a todos con una sonrisa— Esa es una decisión que hemos tomado de pronto así que es normal que se sientan tan sorprendidos.

Aleska sonrió mientras ayudaba a su madre a preparar un delicioso pastel de chocolate y chispas. El padre de Aleska se encontraba trabajando por lo que aún no tenía el gusto de conocerlo.

—Tal vez la decisión fue tomada de pronto, pero ustedes ya han mantenido una relación por varios años —su madre le respondió— Me alegro de que te vayas a casar con alguien que realmente te respeta y te ama. Dave es un buen hombre, creo que todos los miembros de la familia somos conscientes de ello.

—Te lo agradezco mamá, mi mayor deseo es que Aleska también encuentre a un hombre bueno y sincero —opinó sonriéndole a su hermana menor— Tal vez un hombre que se parezca a ti, Bruno.

— ¡Mamá! No incomodes a Bruno —Aleska le gritó llena de vergüenza— Disculpa por incomodarte, Bruno ¿Por qué no entienden que es mi jefe?

—No tienes por qué pedir disculpas, me encantaría casarme contigo en realidad —confesé viendo a la madre y hermana de Aleska con suma atención— Es una de las cosas que más me gustaría hacer.

Aleska agachó la cabeza ya que sus mejillas empezaban a teñirse de rojo. Ella podía ser muy confiada de sí misma y demás, no obstante cuando alguien le daba una especie de cumplido ella se moría de vergüenza instantáneamente.

Seguramente, ella estaba pensando en que yo era un completo atrevido y mentiroso pues no tengo pelos en la lengua al momento de confesar lo que estoy pensando...Sí que me gusta decir lo que siento y más aún si una mujer tan maravillosa busca entrar a mi corazón sin siquiera intentarlo.

—No estoy mintiendo...Aquel es uno de mis más profundos deseos, cuando éste se cumpla podrán comprobar que yo no mentía.

Ese día pasamos cocinando y viendo el álbum de fotos familiares. La familia de Aleska era muy amable, en especial su madre, por lo que entendí el por qué ella también era tan amable.

Rosé

13 de Abril, 2019

Me observé en el espejo con una sonrisa torcida. Estos últimos días han sido muy difíciles para mí gracias a que Filip y yo nos separamos definitivamente, pero ya no hay nada que pueda hacer.

—Rosé, ven acá —la voz de mi madre me llamó, me he estado quedando en casa de mis padres desde hace unos cinco días gracias a que me sentía demasiado sola.

—Mamá ¿Para qué me necesitas? —cuestioné acercándome hacia ella, que estaba usando su computadora portátil.

—Junto a los Bosko hemos organizado un gran viaje a Corea del Sur que se llevará a cabo dentro de tres semanas. Puedes traer a dos amigos contigo, pero quisiera que me dieras sus nombres máximo hasta mañana.

—Llevaré a Pía y a mi nueva amiga Aleska Ivanović —hablé viendo mis uñas por un par de segundos— Mañana te daré una confirmación de su parte.

—Rosé, te he notado muy extraña en el último tiempo —mamá acarició mi hombro— ¿Te ha estado pasando algo?

—Es solo que no tengo idea de lo que puedo hacer con mi vida, mamá ya tengo veintinueve años y no puedo dejar de pensar en que he estado desperdiciando cada segundo de mi vida.

—Lo que necesitas es un lugar nuevo en el que puedas tener un nuevo inicio ¿O no es así?

—Puede que sí. Quiero casarme y formar una familia con alguien que se haya ganado mi corazón.

—Yo conocí a tu padre cuando tenía dos años menos que tú, creo que eso se debe a que el verdadero amor tarda muchísimo en llegar. Pero, si tú crees que no lo vas a encontrar en el lugar en el que te encuentras actualmente, puedes ir a buscarlo en otro lugar.

—Es lo que pienso hacer —le dije con tristeza— Quiero irme, solo quiero irme y despedirme de todo es lo que necesito.

—Vete entonces, vete lejos. Ve a dónde nadie pueda encontrarte, ve a aquel lugar que puede hacerte realmente feliz.

—El único problema que existe es que no sé cuál es ese lugar —solté un par de lágrimas— Mamá, soy un cero a la izquierda. Mamá, lamento no hacer que te sientas orgullosa de tu hija —lloré con fuerza y regresé a mi antigua habitación— M*****a sea la hora en la que naciste, Rosé. M*****a sea la hora...

Me siento rota por dentro y ya no sé si lo que en verdad deseo es seguir viviendo un día más. No hay nada por lo que debería luchar, no hay nada que logre que me encuentre rebosante de felicidad. Esta vida mía es una basura.

Aleska

14 de Abril, 2019

Días después me habían otorgado una oficina para mí sola con el fin de que pudiese trabajar con mucha más comodidad.

Le di vida a aquella hoja en blanco con un lápiz carboncillo. Sonreí mientras iba haciendo que aquel dibujo tomara vida. Detuve mi trabajo por un segundo para recogerme el cabello en una coleta alta, pero antes de seguir con mi dibujo Rosé entró a mi oficina.

—Hola Aleska —se sentó frente a mí y me extendió un vaso de café— Mi familia hará un viaje a Corea del Sur en tres semanas y me han permitido llevar a dos personas conmigo, así que quiero que tú y Pía vayan.

—Será todo un honor ir juntas a Corea —respondí sin pensármelo dos veces ya que Corea era extremadamente encantadora— Iré contigo.

— ¡No imaginas cuánto me alegra que aceptases venir a Corea! Me sentiría muy sola al ir con mis padres, te doy las gracias.

—Debería de agradecerte yo a ti —sonreí— Me hace mucha ilusión ir a un país tan maravilloso, estoy encantada de viajar al lugar de origen del ahora tan conocido pop coreano y los doramas.

—Te avisaré la hora y el día exacto del vuelo más tarde —me dijo antes de levantarse de la silla— Una vez más, te agradezco por aceptar el viaje.

—No me agradezcas más Rosé, estoy encantada de ir contigo —le contesté observando como ella salía de mi oficina.

Oh, ir a Corea sería una muy grata experiencia. Conocer uno de los países que formaba parte de los dragones asiáticos era una completa locura.

— ¡Aleska ya es hora de almorzar! —Bruno entró a mi oficina con un ramo de rosas rojas, como cosa de todos los días.

—Bruno, eres tan considerado —sonreí— Nunca olvidas traerme un lindo ramo de rosas, es un detalle que yo aprecio mucho.

—Me gusta que te sientas cómoda con los pequeños regalos que recibes de mi parte, ahora vamos a almorzar que tenemos muchas cosas de que hablar respecto al desfile.

—Sí, está bien.

Rosé

Regresé a mi oficina luego de hablar con Aleska sobre el próximo viaje, encontré un regalo en mi escritorio de madera y enseguida llamé a Pía para que ella también pudiera verlo.

—Pía, han dejado algo en mi escritorio —le dije con suma sorpresa— Es un hermoso ramo de flores junto a una caja de chocolates, sin embargo no dice el nombre de la persona que lo ha enviado.

— ¿Quién crees que ha podido enviarte algo como esto? —Pía se sentó a mi lado y empezó a observar las flores— No creo que sea Filip, él preferiría darte las cosas de frente y en una cena a la luz de la luna.

—Soy muy consciente de eso —respondí mordiéndome las uñas de nerviosismo— No tengo idea acerca de quién me ha enviado tal regalo.

—Tal parece que tienes un admirador secreto —Pía bromeó y luego dejó de reír— No es una broma, es verdad que tienes un admirador secreto.

— ¿En serio debería alegrarme por esto? —fruncí el ceño y busqué mi teléfono en el bolsillo de mi falda— Por el momento, no quiero estar relacionada con nadie. Estoy harta de amar a quién no me ama de la misma forma. Sinceramente, estoy harta de amar.

—No debes restringirte de amar a alguien —me dijo dándome un abrazo, que era lo que yo más necesitaba— Sé que has sufrido con Filip en los últimos años, pero ya habrá alguien mejor que sea la otra mitad que le falta a tu precioso corazón.

—Pía, eres extremadamente amable. Me da orgullo decir que tú eres la mejor amiga que he podido tener a lo largo de mi vida, por eso te pido que vengas conmigo a Corea dentro de tres semanas.

— ¿Cómo decirle que no a mi adorable Rosé? —Pía sonrió una vez más y me apretó mucho más fuerte entre sus brazos— Iremos juntas a ese viaje y nos olvidaremos de todos los dolores que existen en nuestro corazón ¿De acuerdo?

—Siempre logras que sonría y me sienta mejor con tus palabras, eres como una bruja —bromeé— Lo que dije no es una mentira, solo que tú sí que posees demasiada magia.

—Por favor Rosé, yo tengo los poderes curativos más grandes de este planeta —puso sus manos en su cintura y empezó a reír con ganas— Soy un bonito unicornio.

Reímos una vez más y la abracé con todas las fuerzas. Perderla a ella, sería como perder la razón de mi vida.

—Insisto...no tengo idea de quién pudo haber sido el que mandó esas flores.

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