- Necesito ir al baño una vez más. - Dijo Lorraine agarrándose la barriga.
- Esta vez no te acompañaré. No quiero pasar toda la fiesta en el baño. - Sentí pena por ella.
- Cuando te quedes embarazada, me entenderás, Ju. – dijo ella saliendo.
Me serví otra copa de dulce burbujeante rosado mientras observaba a Nicolás intentar acortar las conversaciones con todos los que se le acercaban. A menudo nuestras miradas se encontraban y entonces nos sentíamos seguros: estábamos juntos, incluso separados. Ese azul profundo fijado en mi mirada era todo lo que necesitaba para sentirme tranquilo y mi corazón cálido.
- Espero que algún día alguien me mire como tú lo miras a él.
Escuché a Tom hablándome al oído, sorprendiéndome.
- Seguramente conocerás a esta persona algún día. – dije con calma, sorbiendo el resto de la bebida de mi vaso. - ¿Dónde esta tu novia?
- Ella no es mi novia.
- ¿Dónde está la mujer que te “comes”?
Se rió divertido:
- Hace unos días que no me reía así. Solo tú puedes hacerme