- ¿Qué quiere el padre José de ti, Joana?
- No tengo ni idea, Alice, pero todo sugiere que no debe ser algo bueno. Quiero que te quedes aquí. Intentaré no demorarme demasiado, ya le advertí a la dueña que estaré fuera por un tiempo, si necesitas llamar ella vendrá a ayudarte.
- Sí, quédate callado como las cosas de aquí. Resuelve tus problemas.
Joana se fue rápidamente en dirección a la iglesia. Mil cosas pasaron por su cabeza. Llegó y el cura ya la estaba esperando frente a la iglesia.
- ¡Buenos días padre!
- ¡Buenos días hija mía! Entra, hablemos dentro de la iglesia.
- ¿Pasó algo, padre?
- Necesito que te case