Capítulo XX...
Al despuntar el alba, los esposos despiertan abrazados, Aranza duerme dulcemente mientras esconde su carita en el pecho de su esposo, y Sebastián disfruta de acariciar la espalda de la joven hasta que siente una cicatriza en la espalda baja de la joven – Aranza…
-¿Qué pasa Sebastián? – levantando su carita
- ¿Qué te pasó en la espalda?
-Fue Lucía…teníamos seis años…pasaba por su lado con una muñeca y como no quise dársela me apuñaló en la espalda – Sebastián queda en shock – por eso papá echó a esa perra de casa
-Pero ¿y la madre de esa zorra?
-Esa perra simplemente la dejó con papá y se fue, supe que murió a los meses de VIH…
-Es decir que mi suegro…
-Envió a esa zorra a un orfanato, y nunca la reconoció aunque tuvo esa intención, porque Lucía es su hija aunque a Xavier y a mí nos moleste
-Aranza – tomando a la joven de la cintura
- ¿Eh?
-Te ves hermosa – besando a la joven – y te deseo de nuevo
Y Aranza le responde con una sonrisa, mientras acaricia la mejilla del hombre.
…
-Y bien