Marília no tenía otra alternativa y decidió preguntarle, incluso sin querer mirar a sus ojos. Negarse a eso le daría el gusto de saber que su presencia la estaba afectando y mucho.
— Y entonces, señor, ¿qué va a pedir? — Ella estiró la mano entregándole el menú, Vinícius pasó su mano a propósito en la de ella al tomar la carta de precios.
Miró y en menos de un segundo decidió.
— Yo “ordeno” que me traiga todos los platos del menú
Marília casi dejó caer el bloc de notas de los pedidos y los hombres que estaban con él comenzaron a reírse de la situación. Algunos clientes que estaban cerca también sonrieron y pensaron que era una broma, ¡solo podía ser eso!
— ¿Qué? Son treinta y dos opciones de platos, nadie puede comer todo eso. — Exclamó sorprendida.
— Sí, eso mismo… quiero a todos! — Él colocó el menú sobre la mesa tranquilamente y entrelazó los dedos.
Marília cogió el menú inmediatamente.
— ¡Bien!
Ella se volvió incrédula, tuvo que caminar mucho de un lado a otro y tomar todas esas p