Por fin, después de tanta angustia, Verónica puede calmarse un poco, al parecer, ha encontrado a alguien que quiere ayudarla y está dispuesta a escucharla. Da unas fuertes y controladas respiraciones antes de comenzar a hablar, hasta que logra desembucharlo todo. Le hace la historia con lujos de detalles, desde el momento en el que Amanda llegó a la habitación, hasta que ese hombre se la llevó.—¡Dios mío! Ahora entiendo tu desesperación, debió ser algo demasiado horrible para ti y sin poder hacer nada.—Yo sólo quería ayudarla de alguna manera, pero Claudia no quiso escucharme, era como si toda la súplica que le estuviera dando fuera en vano, como si estuviera hablando con la pared.—Bueno, no sé con exactitud qué pueda estar sucediendo en la vida de tu hija, lo que sí sé es que, unos minutos antes, vi a un chico, diría yo que de unos veinticinco años más o menos en el ala infantil hablando muy sospechosamente con Claudia y, creo que le dio algo, sólo que no sé qué era.—¿Será el mis
Amanda baja del auto con la niña en brazos, Pablo por su parte, debe reunirse con Alejo para ponerlo al tanto de todo.—¿Cómo está la niña? —pregunta luego de dar un jalón a su habano.—Bien, era sólo un problema con cólicos, algo así dijo el médico.—¿Todo por un puto pedo? Tenía que ser niña. —responde en tono despectivo.—No debería expresarse así de Emma, jefe. —Alejo lo miró como si deseara desaparecerlo del planeta.—¿De cuándo acá yo recibo órdenes de un pendejo como tú?—Disculpe, no fue mi intención.—¡Ah ya! Lárgate. Dile a mi mujer que se prepare, esta vez no la salva ni Mandraque el mago.Pablo asintió y salió de la oficina, sentía rabia de sólo pensar en Alejo poniendo un dedo sobre Amanda. Camino por el largo pasillo y mientras murmuraba se topó con Rubén.—Se te está haciendo costumbre hablar a solas, mijito.—Estoy cansado de que Alejo me insulte cada vez que quiere.—Qué raro, si eres su preferido, siempre te toma en cuenta para todo y te da los mejores trabajos.—No
La voz de Claudia, la otra enfermera, resonó en todo el pasillo desde sus espaldas. Teresa tuvo la delicadeza de girar junto con la silla de rueda para que Verónica también pudiera verla. Sus manos estaban temblando como un papel, quería mantenerse inmune, pero, después de todo lo que Verónica ha averiguado en tan pocos minutos, tiene los nervios a flor de piel y, el hecho de que Claudia no le inspire mucha confianza, no le ayuda para nada.—No sé si te has dado cuenta, pero he preguntado que a dónde la llevas.—Disculpa, es que me has tomado por sorpresa; la estoy llevando a hacerse uma ecografía, revisé su planilla para asegurarme de que todo estaba en orden y me di cuenta de que no se la había hecho hoy, supuse que habías estado muy ocupada y pensé en liberarte de ese trabajo, a fin de cuentas, a ti te necesitan em el área de quemado y a mí no, tienes más experiencia —Nafa de lo que Teresa decía era cierto, ella llevaba más tiempo trabajando que Claudia y le molestaba enormemente t
La mañana siguiente, Alejo despierta un tanto aturdido. No recuerda mucho de la noche anterior con claridad, asume que se debió al exceso de drogas y coñac que bebió. Un sincope agudo por la combinación de ambas sustancias, eso le dijo Alejo y él confia plenamente en Pablo, siempre ha sido así desde que lo conoció hace tres años atrás. Se levanta, se dicha y apenas baja a tomar un café para salir antes de que Amanda venga a desayunar con él. Sale en compañía de Rubén quien también le tiene información de Facundo Dominguez, su adversario y rival de territorio para narcomenudeo.—¿Hacia dónde vamos, patrón? —pregunta el chofer.—Vamos a la zona sur, tengo dos clientes que no han querido pagar y hoy mismo me encargaré de dejarle al resto una pequeña advertencia.El chofer conduce hasta el barrio donde le indicó Alejo. Rubén en tanto, no deja de pensar em la manera de hacerle saber a su jefe que su empleado de confianza lo está traicionando con su mujer.Alejo amaneció esa mañana revivien
Amanda está sentada cuidando de la bebé. Tocan a la puerta, Pablo entra y se acerca a ella. Observa con ternura a la pequeña Emma, quien ya quiere balbucear y lo mira con sus grandes ojos y largas pestañas.—¡Es hermosa! ¿No crees? —comenta ella.—Todos los niños lo son. Tienen lo más importante de todo, inocencia.Amanda se sorprende de las palabras de Pablo ¿Cómo siendo tan inteligente, podía trabajar con aquel hombre tan cruel?—¿Puedo preguntarte algo? —él la observa y sonríe.—Dime, ¿qué quieres saber ahora?—¿Cómo supiste que le ocurría a Alejo y qué debías hacer?—Intuición, tal vez. —ella lo mira con suspicacia. No puede creer que cualquier persona pudiera actuar tan rápidamente sin estar preparado para ello.—No me dices la verdad —lo increpa.—Digamos entonces, que sé un poco sobre primeros auxilios, es básico saber sobre reanimación cardio pulmonar —responde él, pensando que con ello se libraría de las preguntas de la astuta joven.—¿Y por qué volviste tan rápido para salva
De regreso a su habitación, Verónica no puede parar de darle vueltas al asunto, una y otra vez monta en su cabeza los escenarios que Teresa le relató ¿Cómo pudieron hacer todo eso delante de sus propios ojos? ¿Cómo pudieron ocultarle el hecho de que había tenido dos hijas en vez de una?Por más que intenta recordar, le es imposible hacerlo. Sabe que tuvo unos dolores de parto increíbles, ya le habían contado que eran fuertes pero ella nunca se los imaginó de esa dimensión. Recuerda también haber escuchado el llanto de su pequeña Elena cuando nació, pero, de ahí en adelante todo le resulta demasiado borroso, tuvo que haberse desmayado por la debilidad o algo así porque es incapaz de recordar un segundo llanto.Estuvo veinte años ¡Veinte putos años! Sin saber que tenía otra hija. No se podía evitar preguntar qué infancia había tenido, si había sido feliz, si había tenido amigos, verdaderos amigos y, sobre todo, si esa mujer se había portado bien con ella.En lo más profundo de su interi
De vuelta a la casa, Alejo no podía estar más contento, sí, tal y como están escuchando, contento, después de tantos días sintiéndose frustrado por no poder estar con Elena finalmente había llevado a cabo su prioridad número uno.Esta era la razón por la cual todavía tenía a esa prostituta en la casa con él; a pesar de que ella había intentado fugarse con su hija, en la cama hacía magia, le daba lo que ninguna otra podía darle, placer. “Elena es una chica con suerte” pensó, todavía podría perdonarle alguna que otra rebelión antes de pegarle un tiro en la cabeza, al menos hasta que encontrara alguna como ella.No sabía cómo, pero, desde el primer momento em el que la conoció en aquel club y aceptó darle un “baile” privado, ella supo lo que a él le gustaba. Nunca se quejó por los golpes que le dio con su cinturón, ni por la forma en que la arrastró por todo el suelo agarrándola por su cabello. Niumna sola lágrima salió de ella, sino que por el contrario, no le quitaba los ojos de encima
Antes de entrar al hospital, Pablo le advirtió a Amanda:—Verás al ginecobstetra y de allí iremos a la mansión.—No entiendo a qué te refieres.—Sabes a lo que me refiero, no visitas a tu madre. —Amanda enarcó su ceja izquierda.Ella caminó detrás de él con visible enojo. Llegaron hasta el consultorio del médico, inmediatamente fue atendida a pesar de que algunas pacientes esperaban antes que ella. Pablo como siempre había tenido que tocar algunas puertas antes de llegar allí, Fabián era una especie de ángel guardián para él.Amanda entró junto a Pablo, mientras le explicaban al médico lo que realmente necesitaban.—Necesitamos que la Sra Torres quede embarazada y el sexo del bebé sea masculino.—Bien, existe el procedimiento de inseminación intrauterina, la cual consiste en depositar el esperma directamente dentro del útero, en este caso habría que tomar la muestra del padre y escoger aquellos espetmatozoides con carga masculina. Es un procedimiento con ciertas probabilidades de un 8