Marie Moreau
No es lo mismo invocar a diablo que verlo, literalmente quede sin aliento, ni siquiera me ha tocado o se me ha acercado, ¡Estoy impresionada! Con el cambio físico de mi esposo, mi estomago se contrajo de forma dolorosa.
Esta enojado y yo como loca deseando probar sus labios, totalmente derretida, nunca he sentido nada parecido con Michael, a pesar de su esfuerzo no logra entrar en mi corazón de la forma que yo quisiera, lo quiero, pero nunca he logrado amarlo y mucho menos desearlo.
Fue un alivio para mi, cuando el doctor nos dijo que no podíamos tener intimidad, porque el bebe estaba muy bajo y podíamos adelantar el parto, me alegre aunque no lo demostré, el solo imaginar a otro hombre que no sea Mateo poseyéndome, me incomoda.
— ¿Cuándo pensabas decirme que estabas embarazada de mi?— Me pregunta con dureza, mientras Camila se abraza a su pierna desconociéndome, esta preciosa, su cabello ha crecido demasiado, se ve perfecta.
— Dijiste que tenias suficiente con Camila. —