Día domingo Kate tenía vuelo después de almuerzo, así que se levantó temprano, pidió desayuno a la habitación y lo tomó en el balcón mirando al mar, en bata, pantuflas y con el pelo mojado. Después aprovechó para ir al centro comercial y llevarse algunas artesanías y comprar algunos vestidos.
La mañana se pasó rápido, entre compras, paseo, jugos naturales y un rico almuerzo de pescado fresco y bien cocido, ya de vuelta al hotel se dispuso para empacar, quedaban unas horas para el vuelo, así que bajo a la playa y espero bajo la suave brisa y una exquisita hamaca.
Antonio pasó la noche estable, aún no despertaba, por la mañana lo trasladaron a una habitación vip, con suero y vendajes.
Estela con Eulogio llegaron muy temprano a la clínica, allí se alegraron de saber que había salido de cuidados intensivos y que ahora estaba en una habitación. Con la instrucción de no despertarlo ni hablarlo, para no alterarlo, Estela entró y solo le tomó la mano haciéndole cariño, mientras Eulogio fue a