Antonio no durmió en toda la noche, no se podía sacar de la cabeza la imagen de Kate cenando con Eduardo, pensaba si alguna vez se enamoraría de alguien más, con ella había conocido el verdadero amor, desde que la vió por primera vez en el aeropuerto antes de que se estrellara y se perdieran en la selva, ella le había llamado la atención. Eduardo se notaba contento, en estos meses probablemente había recuperado terreno con ella y Benjamín, pero su hijo Benjamín era de él y ese cariño no se lo iba a quitar, iba a trabajar en la empresa fuertemente para dejarle ese imperio a Benjamín y a su hijo con Mónica, pero para ello, tenía que sacar a esa manipuladora de la señorita Smith, si todo salía como él lo había planeado, ella estaría afuera de la empresa y de la ciudad con la vergüenza que iba a pasar en la fiesta.

Todavía estaba oscuro cuando sonó el teléfono, era un WhatsApp del grupo de los amigos de la ciudad

-Amigos, me llegó un mensaje de Rosa, que a Adhara la picó una serpiente rec