Llegaron al colegio y allí Benjamín se despidió de su papá con un gran abrazo
A Antonio se le dibujo una gran sonrisa que no la disimulo frente a su profesora que lo llegó a buscar para llevarlo adentro.
-Señor Casablanca, buenos días- dijo tímidamente
-Buenos días, le encargo a mi hijo- le dijo en tono muy amable Antonio
-No hay problema, Benjamín es un niño encantador, cualquier cosa que necesite me puede decir- dijo la profesora en tono coqueto y con vergüenza
-Muchas gracias, lo tendré presente- respondió Antonio, dándole un último beso a Benjamín y regresando a su auto.
Allí manejo hasta la cárcel, su próxima visita sería a su primo Edmundo que estaba tras las rejas, él quería saber qué había pasado y cómo Edmundo fue inculpado, lo que le parecía extraño, ya que se criaron juntos y hasta trabajaba junto con él en la empresa.
En la sala de visitas, llegó Edmundo esposado y con traje naranjo.
-¡¿¿Antonio??!- Edmundo se puso pálido al verlo
-Primo, sí soy yo, no morí en el accidente