Joaquín fue a su oficina, ni siquiera se bañó, fue rápido por si la encontraba allá
Llegó desesperado, todos lo quedaron mirando a medio vestir, despeinado no era lo que siempre estaban acostumbrado a ver sus funcionarios
-¿Ángela has visto a Eslha?-
-No, no la he visto por aquí-
-Eulogio has visto a Eslha- el chofer Eulogio negó haberla visto ingresar al edificio
Luego de ver que no se encontraba en la empresa se fue a dar vueltas en su coche último modelo a recorrer las calles cercanas por si la veía.
Cayó la noche y no la encontró, llegó a su departamento sin comer nada en todo el día, pero no le importaba, tenía miedo por ella, de que algo le pasara, ella era inocente y podía caer en malas manos, luego pensó -cayó en mis manos y yo la cuidé- se apeno por ello, por ser un salvaje, por emborracharse por celos de que ella se quería ir, de que ella extrañaba a su amigo de la selva -Eslha… ¿dónde estás?- suspiraba
Eslha terminó de comer en el restaurante y el jefe le dijo -hay un micró