Terminó la cena y se fueron a acostar, la casa era inmensa y la mucama le preparó la habitación a Kate quien quiso dormir junto a Benjamín, todos los sirvientes de la casa estaban muy contentos porque desde hace mucho tiempo que no había un niño en casa y la actitud de Estela había cambiado gracias a ese pequeño.
Los choferes y sirvientes se esmeraban por atender bien a Kate y Benjamín, ya había pasado una semana y la Directora Estela no quiso que se devolvieran al departamento con la excusa de la seguridad, pero en realidad era para que le hicieran compañía en esa gran casa. A Benjamín le prepararon una habitación especial, llena de juguetes y libros, decorada con elementos de selva.
Por las noches Estela le leía un cuento antes de que dormir, ella hacía todo lo que con su propio hijo no había hecho.
-Abuela, ¡¡algún día te llevaré a la selva!! Y te enseñaré como sé pescar-
-A la selva, Dios Mío, me da miedo, mejor te llevaré al lago a pescar- dijo Estela
-…es que así puedo aprovecha