Alicia intentó mantenerse calmada, pero la manera en que Montserrat le hablaba, con esa seguridad y superioridad, comenzaba a calar profundo.
—No entiendo qué quieres decir —dijo Alicia, cruzando los brazos frente a su pecho, intentando mantener la compostura.
Montserrat sonrió, como si la respues