- Doctora, por favor, no puedo tener este bebé.
- Señorita, usted ya no puede abortar. Cumplido los tres meses hacer una práctica como esta es poner en riesgo su vida, ya es tarde y no lo puede hacer.
Yo le recomiendo que hable con su pareja y verá que todo se soluciona, no llore.
De pronto, Kiara recuerda que Soledad trabaja en el hospital y se arrepiente de haber ido justamente a su lugar de trabajo.
- Está bien, doctora, seguro mi novio se pondrá feliz con esta noticia. Se seca las lágrimas, escucha sin prestar atención a lo que la doctora le informa, toma las indicaciones y las guarda en su cartera, se despide y se va a su auto.
No, no porque a mí y porque ahora, maldito Mateo, me dejaste embarazada. Maldita seas, golpea el volante con furia y llora descontrolada. Desesperada, llama a Elian.
- Elian necesito que me ayudes.
- Princesa, ¿Estás llorando? ¿Qué te pasó? Cálmate, si no, no te puedo entender. ¿Dónde estás, que voy por ti?
- Voy a casa, te veo ahí.
- Espera, ¿estás bien