Soledad poco a poco va recuperando la conciencia luego de esa impactante noticia.
- Estela, amiga, dime que todo esto fue un mal sueño y, mientras habla, su cuerpo tiembla y su rostro pierde color; en esa cara pálida no cesan de caer las lágrimas.
- Soledad, debes ser fuerte, Renato te necesita.
- ¡Entonces, es verdad, no lo soñé! Comienza a llorar desconsolada.
- Mírame, te tienes que calmar y lo podrás ver, pero no en este estado, así lo perjudicas, tú le tienes que transmitir calma, él debe saber que está bien y que se va a recuperar, él te puede oír y si tú vas llorando, lo pones mal a él y se puede descompensar y eso es perjudicial para su salud, en este momento, él está bajo los efectos de los sedantes que le aplicaron por la intervención, para disolver ese coágulo en su cabeza.
Ve, lávate la cara y yo te acompaño a verlo. Aparte, no confías en Horacio, él te dijo que está fuera de peligro.
- No, no lo escuché cuando lo dijo.
- Él está bien, vamos a verlo. Estela, luego que la a