Odio que me Quieras
Odio que me Quieras
Por: Johanna Ponce
Prólogo

Prólogo.

«Volveré por ti.» Esas son las palabras que he escuchado en mi cabeza toda mi vida. La voz que remiten esas palabras es de Ashton, mi hermanastro. Las escuché el día que nos separaron y nunca deje de oírla.

Ni una m*****a noche.

Ese día presencié el rostro lleno de lágrimas de mi hermanastro, mi corazón dolía al verlo tan angustiado, él jamás lloraba. Aún puedo recordar la confusión que sentía esa mañana. Mis preguntas daban vueltas entre muchas personas que rondaban la casa y me hacían preguntas mientras la que necesitaba respuestas era yo. ¿Por qué estaba esta gente aquí? ¿Por qué se llevaron a mi mamá? ¿Por qué estaban guardando mis ropas en una bolsa?

— ¡Ash! —Corrí apresuradamente hacia mi hermano que estaba sentado en el sillón marrón —realmente su color original era blanco, pero hace mucho no lo es— con las manos en su rostro.

—Ash... ¿Qué está pasando? —Pregunte empujando su hombro repetidamente para que me mirara, pero no lo hizo enseguida.

Él tomo un par de respiraciones entrecortadas. Se parecía a mí cuando me lastimaba o mis amigas decían que no querían jugar conmigo. Cuando levanto su cara para verme, sus ojos estaban hinchados y rojos. Me dio una sonrisa y yo le sonreí también, asustada.

Ashton me había enseñado que mientras estemos juntos, no había nada que temer, ni siquiera a mi madre que a veces se ponía agresiva conmigo.

— ¿Qué pasa, Ash? ¿Por qué estás llorando? ¿Y por qué esta gente se llevó a mama? —pregunte subiéndome a su regazo sin siquiera pedirle permiso.

—Esta gente... Ellos tendrán que hacer algo con lo que tú no vas a estar contenta —Se sorbió la nariz y me dio otra sonrisa. Él puso su mano en la parte trasera de mi cabeza y acaricio temblorosamente mi cabello—. Ellos harán esto por tu bien y nunca olvides que volveré por ti, ¿está bien?

— ¿Volverás? ¿A dónde vas? Mañana vendrás por mí. ¿Verdad?

¿Me iba a ir a la casa de alguien? ¿Por qué no puedo quedarme con Ash? ¿Por qué él no puede venir conmigo? Nunca habíamos estado separados y todo se había tornado borroso. Sentía que no podía dormir sola, él siempre se hacía una cama en el piso, al lado de mi cama y me cantaba antes de dormir.

—No, Luna. Va a ser mucho más tiempo —apoyó su frente contra la mía. Pero no estaba de acuerdo con esto, no quería irme.

Lo empujé y de un salto, me alejé de él. — ¿Cuánto tiempo? No puedo dormir sin ti, lo sabes, la última vez tuve ese sueño en el que la hormiga iba a comerme ¿Y quién me cantara? ¿Quién me hará la cena, Ashton? ¿Quién jugara conmigo? —Me tiré al suelo y comencé a llorar esperando que él tuviera compasión.

—Yo lo haré cariño —Dijo una mujer detrás de mí. Es una persona mayor de pelo corto, rubia y robusta. Tiene una bata blanca y una sonrisa en su rostro arrugado.

—Pero yo quiero que él lo haga —Gire la cabeza para mirar a mi hermano pero él no estaba viéndome.

—Lo hará por un tiempo ella, Luna —Respondió él de inmediato.

Cuando la mujer detrás de mí, quiso tomar mi brazo, así como había saltado lejos de Ashton hace un momento, volví de un salto, capturando su cuello, aferrándome a este y empecé a llorar muy fuerte. Él acaricio mi cabello negro y me susurro en el oído: —¿Confías en mí?

Yo asentí rápido con la cabeza aun en su hombro.

—Entonces confía en mí cuando te digo esto... apenas pueda iré a buscarte y viviremos siempre juntos. Nunca te olvides de esto Luna. Jamás. ¿Me oyes? —Sentí sus lágrimas en mi cuello—. Te quiero demasiado, eres mi mejor amiga. Daría todo por ti. Lamento tener que dejarte ir, pero en poco tiempo estaremos juntos de nuevo y nunca más te dejaré ir.

Después de eso la mujer me tomó por la fuerza y me llevó fuera de mi casa. Lejos de mi hermano. Me subió a un auto y yo gritaba su nombre «Ashton» «Ashton» « ¡Ashton!». Él salió de la casa, pero el auto ya empezó a moverse.

Lo último que escuche de él fue: «No lo olvides»

Ese poco tiempo, según él, fueron diez años. Me dejó aquí sola en un orfanato mientras él estaba convirtiéndose en un abogado exitoso.

Lo sé porque las brujas que se encargan de mí, se ocuparon de dejármelo bien en claro. Abogado de una empresa. Comprometido. Ahora es Ashton Williams.

Yo aún sigo siendo Luna Cooper. Él tenía catorce años y logró ser adoptado. Yo llegué a este lugar cuando tenía siete y nunca nadie quiso adoptarme. Qué suerte tienes Ashton.

Lo esperé hasta los once años. Él tenía dieciocho. Mayor de edad. Nunca vino a buscarme.

Puedo entenderlo, en realidad nunca tuvo ninguna obligación conmigo, él era mi hermanastro, solo que al ser pequeña no entendía la diferencia entre hermano político y de sangre, ahora claramente la sé, pero mi resentimiento jamás se ira. No había necesidad de poner expectativas y esperanzas en una niña que vivió más de la mitad de su vida admirando a su hermano mayor.

A los once años dejé de llorar y esperar. A los once años me di cuenta de que nunca iba a venir, me di cuenta de que en realidad nunca me quiso realmente, tal vez lo hacía en la superficie, pero no más allá de eso, me di cuenta de que no viviremos juntos para siempre. Me di cuenta la clase de m****a que es. Me di cuenta de que en la vida tienes que ser dura y fuerte para que nadie intente derribarte con falsas esperanzas, con falsos sentimientos, con falsos sueños.

Tengo diecisiete años y faltaban solo ocho meses para poder irme del orfanato, pero él tenía planeado otro futuro para mí. Me llamo Luna y mi apellido pronto cambiará por alguien que odio con toda mi alma.

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