Después de salir de la junta en la que se hablo sobre el problema de la construcción del ferrocarril, decidí ir a visitar a Natasha, hace días que no la veía.
Me subí al carruaje y me recosté en el espaldar del asiento, cerré los ojos por un momento y pensé en esa chiquilla de cabello rojo que me odiaba y que no desperdiciaba un momento para restregármelo en la cara. Me reí un poco al recordar todas sus palabras, ella era bastante creativa a para decirme un insulto nuevo cada vez que nos cruzábamos, o esos gestos de desprecio que me lanzaba cada que me quería acercar para hacerle platica.
Sentí el carruaje detenerse, abrí los ojos y bajé de inmediato, necesitaba relajarme un poco, y eso lo iba a lograr con Natasha, ella sabia muy bien como quitarme el estrés.
Entre a la casa, y vi a una de las sirvientas barriendo lo que parecía cabello.
— ¿Qué ha pasado? — le pregunte.
La sirvienta dejo de barrer y se acercó a mí.
— la Duquesa se ha presentado y le ha cortado todo el cabello a l