“El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad”
Albert Einstein.
(1879-1955)
Físico alemán.
—¿Por qué? ¿eh? ¿Por qué no me matas y ya? —pregunto, otra vez.
—Porque muerta no servirías de mucho, abejita. No es eso lo que queremos.
Tengo las manos y las piernas atadas, pero eso no me impide patear y tratar de zafarme. Además de que no veo a dónde vamos, estoy aterrada, ¿para qué me quiere él? ¿Desde el principio este fue su plan? Me quedo quieta, e intento ganar fuerzas.
¡Vas a salir de esta, Bee!
Cuando siento que el auto disminuye la marcha vuelvo a la tarea de intentar quitarme las amarras.
—No te pasará nada, tranquilízate. —es su res