Capitulo 5

Lumiere se acercó lentamente a Morgana, inclinándose para besarla,  pero Morgana con agilidad coloca su mejilla, para darle el beso, todos los presentes celebran felices mientras que los recién casados se miran fríamente, Morgana lo abraza y se acerca el para que solo él pueda escuchar lo que tiene que decirle.

—Te recuerdo qué fue por conveniencia, aunque ahora estemos casados, ni creas que sobrepasaras mis cláusulas —dice Morgana en voz baja le sonríe forzosamente.

—Quizás algún día llegues a amarme —dijo Lumiere con la mirada retadora.

            

Los presentes se levantan para desearle lo mejor a la gran pareja y se escuchan aplausos por todo el salón. Ambos se colocan enfrente y se abrazan mostrando su felicidad. Después de escuchar a todos los presentes, caminan agarrados de la mano, en dirección a la salida, salen del salón y le entregan a Morgana un ramillete de rosas con una nota, Lumiere se despega de Morgana para saludar a algunas criaturas. Morgana en ese momento se aleja un poco del ajetreo y abre la nota, al leerla, lágrimas caen de sus ojos sin parar. Morgana cae desconsolada en el suelo.

“Felicidades por tu boda, mi hermosa luz, espero que seas muy feliz.

Con amor, tu valiente caballero.”

••••••

Mucho tiempo después.

Era un día muy nublado, las nubes grisáceas cubrían todo el reino, la princesa se encontraba en su ventana, viendo como las gotas de lluvia impactaban contra el vidrio de su ventana. Miraba nostálgica el cielo mientras se agarraba su vientre, cada vez más visible.

—Raro, lloviendo en primavera, hoy no quiero salir de mi cama. Ni atender ningún deber Real. —Dijo Morgana. — Estos días no tengo ánimos de nada, que pesar.

Morgana se recuesta en su hermosa cama, para luego seguir mirando por la ventana, estaba tan triste, aun no podía sacarse de la cabeza la nota que le había mandado su valiente caballero, después de un par de horas navegando es la desdicha de sus pensamientos; repentinamente tocan la puerta, Morgana por la interrupción se molesta y suspira pesadamente, rodando los ojos. Acomoda su cabello un poco desarreglado para recibir la visita.

—Adelante— dice Morgana.

—Buenos días, Morgi— Dice Fark abalanzándose sobre ella dándole un abrazo.

—Buenos días, Fark, que sorpresa—dice Morgana mientras le sonríe y recibe su abrazo gustoso, —me alegra mucho verte, amiga.

—Morgi, te tengo un recado—dice Fark.

Morgana la mira con el ceño fruncido en son de confusión, Fark le sonríe amablemente y se sienta junto a ella y le toma de las manos. Esto hace que Morgana se remueva un poco de su lugar, para prestarle toda la atención posible a Fark. El gnomo se acerca a Morgana lentamente hasta llegar a su cuello y le dice.

—Tú sabes quién me mandó a recitarte estas lindas palabras— dice Fark, carraspea su garganta dramáticamente y dice en un susurro. —Te espero en el lugar donde la belleza azul se une con la tierra.

Sin pensarlo dos veces, Morgana se levantó de la cama, pero en el momento que sus pies tocaron el suelo, sintió como su vista se nublaba y todo daba vuelta a su alrededor. Sintió la arcada de vomito venir, coloco su mano en su boca para prevenir un desastre. No pudo aguantarse por mucho, y corrió al lavabo a desechar su desayuno. Regresa junto a Fark, y se sienta en su cama para descansar.

—Morgui, ¿estás bien?, ¿te traigo algo?-—suelta Fark rápidamente— estas muy pálida, iré a buscar al anciano.

—No, no te preocupes, estoy bien, ya se pasara—dice Morgana mostrándole a Fark una gran sonrisa. —En este punto, ya es normal para mí, no vayas por nadie. Estoy bien.

—Está bien, ¿pero estás segura de poder ir, en esas condiciones?— pregunta Fark preocupada.

—Eso no lo pongas en duda- dice Morgana viendo a Fark fijamente— claro que iré, nada me detendrá. Tengo un recado para ti, dile “Donde seremos eternos”, puedes retirarte y gracias.

—Sí, mi señora. Lo haré—dijo Fark un poco dudosa—. Me retiro.

—Espera Fark, dile al brujo ese, que no me busque hoy—dice Morgana tomándole del brazo a Fark—. Invéntale algo, no sé, que estoy indispuesta por hoy, para que no venga a buscarme, eso es todo, ahora si puedes retirarte.

—Lo haré, mi señora, pero por favor… cuídese un poco más— dice Fark tomando el pomo de la puerta—. Cuando regrese enviare un té de yerbas para que pueda sentir se mejor.

—Me parece perfecto, muchas gracias Fark—dice Morgana un poco más feliz.

Fark sale de la habitación, dejándola completamente sola, se levanta suavemente de su cama, va directo a el cuarto del baño y se da una caliente ducha, para despejar un poco su mente; luego de la larga ducha va hacia el armario a buscar unas lindas prendas para la ocasión. De tantos vestidos fallidos, encuentra uno  manga larga de color azul rey que le llega por las rodillas, cubre lo suficiente y no es ajustado para no lastimar a su bebe.

Va directo al tocador y coge unas bayas y polen, entre otros cosméticos y se pone los más natural posible pero muy hermosa a su parecer. Cuando termina toma unos botines hechos de piel de dragón y un chal del mismo material. Camina hacia el cuarto del baño y en su fuente de agua rosa, se echa un vistazo y se prepara para salir.

Camina apresurada por los pasillos del castillo para poder salir rápidamente y que nadie la pueda ver, pero en eso ve como Lumiere está cerca de la puerta principal. Obstruía su paso, así que tuvo que irse por el camino más largo, hacia la puerta trasera del castillo, tendría que caminar por unos minutos hasta poder llegar a la colina. Esto no le importó a Morgana.

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