31: El contrato.
—Muchas gracias a todos por venir. Su hija cada día está más hermosa…
—Gracias, gracias, sí... Esta también es su casa señor. Estamos a la orden, fiscal.
Evangeline escucha al matrimonio despedirse de cada uno de sus invitados y aunque desea que todos se vayan pronto, también desea que alguien pueda detener lo que sea que pasará.
Las manos de Magnus en su cintura mientras la enseñaba a frotarse por encima de su ropa, los labios de Irina con los suyos, el calor y las pieles ardiendo… es algo nuevo pero demasiado reconfortante.
Irina los detuvo a tiempo, pensando que los invitados seguramente estaban comenzando a extrañarse por la ausencia.
Desde entonces no han pronunciado palabra con ella, quien solo se limitaba, aunque con nervios, a escuchar las cosas relevantes.
Entre tantas cosas: que la mayoría había escuchado a Irina defender del gobernador a su secretaria de una manera bastante peculiar.
La chica no sabe a qué se referían, pero le alegra mucho saber que con los Keller tiene seg