—¿La novia? —dije incrédula.
—Sí... —dijo intentando aguantarse la risa. No era gracioso.
—Axel, yo quiero mucho a Jonas, pero tú solo míralo, ¡pero si es un niño!
—De 22 años —como siguiera aguantándose la risa se le iban a salir los ojos de las órbitas—. Amor, me gustaría que me acompañaras a la fiesta de Logan...
—¿Otra fiesta? Axel...
—Por favor —me interrumpió—, quiero presentarte formalmente a mis amigos y todo eso...
—Hasta medianoche...
—Hasta medianoche se dijo —y de repente se empezó a reír solo sin parar. No entendía nada—. ¿Sabes que pasó a medianoche?
—Cenicienta perdió su zapato —dije coquet