[SANTIAGO]
—¿Me extrañaste? — Le pregunto cuando me acerco al borde de la piscina ya que ella está en el agua jugando con mis sobrinas.
— ¡Como una loca! Ven, entra. — Me pide sonriente.
Verla así de feliz hace que yo sea feliz, y sin dudarlo ni un segundo salto al agua haciendo que ella quede envuelta en una especie de ola y trague bastante agua.— ¡Perdón amor! — Le digo mientras golpeo suavemente su espalda para que saque toda el agua.
— Tranquilo... ¿Me ayudan niñas? — Dice sonriendo sospechosamente.
Antes de que me pueda dar cuenta las tres están hundiéndome, haciendo que está vez sea yo quien trague muchísima agua. Cuando finalmente logro salir a la superficie, tomo a las niñas entre mis brazos y comienzo a nadar por toda la piscina causando que ellas se rían todo el tiempo. Azul nos observa des