—¿Quién se quiere portar mal? —dije cuando vi el auto de Camilo salir por la portería del conjunto.
—¿Por qué no llamas a Sebastián y organizamos una salida de cuatro? —dijo Myriam.
—Y si lo llamo, ¿pero hacemos algo aquí? —sugerí. Quería “estrenar” el apartamento.
—Sí, también puede ser, ¿pero invitamos a alguien más? —preguntó Myriam.
—No. Solo nosotros cuatro está bien —dije.
Estuvieron de acuerdo y llamé a Sebastián.
Era la primera vez que Sebastián se un&ia