113| Alex.
La carcajada tan cínica que salió de mí en ese momento hizo que los dos hombres que estaban conmigo voltearan a mirarme extrañados. Pero sinceramente, yo no podía hacer nada más que reírme ante tan absurda historia.
No dudaba que mi padre se hubiese convertido en un mafioso poderoso; no dudaba que por eso hubiese hecho lo que hizo, pero de ahí a estar completamente seguro de que yo heredaría el imperio que forjó en aquel mundo oscuro... era cínico y también triste.
— ¿Te parece que mi historia es un chiste? — , me dijo, pero yo simplemente me aclaré la garganta.
— No me parece que tu historia es un chiste. Me parece que incluso es triste, cómo te has dejado caer tan bajo por poder. Tan ridículo — .
— ¿Ridículo? — , me dijo. — Soy uno de los hombres más poderosos de este continente — .
— ¿Y eso de qué te ha servido? Si tu guarida es una sucia fábrica abandonada, ¿eso de qué te ha servido? Si tuviste que abandonar a tu familia, ¿de qué te ha servido? Si estás solo — .
Él chasqueó la