Bernardo
Estaba en mi despacho revisando unos documentos y me di cuenta de que mi teléfono móvil empezaba a vibrar. Dejé inmediatamente lo que estaba haciendo para contestar. Cuando vi el número de casa, me pregunté quién me llamaba.
- ¿Diga? ¿Quién es? - dije.
- Sr. Bernardo, ¿es usted? - pregunto. La voz parece ser la de María y suena angustiada.
- Sí, María, soy yo, Bernardo. ¿Qué pasa y por qué me llamas? -pregunté, ella no es de las que llaman a una empresa, y más de esta manera. Entonces me vino a la mente mi hermano. - María, ¿le ha pasado algo a Vítor, ha estado enfermo?
- El señor Vítor goza de buena salud, pero ocurrirá una tragedia si usted no viene aquí. - Dijo ella. Salto de la silla.
María, el ama de llaves, parecía al borde