Vítor
Estábamos en la carretera y mi hermano pequeño conducía, hasta que paró en el semáforo, que se puso en rojo.
- Estoy deseando llegar pronto a casa, darme un buen baño en mi hidro y luego tumbarme en mi preciosa cama. - Me apoyé en la parte trasera del coche. - No olvides lo que dijo el médico, tienes que descansar -me recordó mi hermano que ahora tenía que quedarme en la cama. Resoplé. - Ya que tengo que quedarme en cama, estoy pensando en invitar a esa rubia a casa. ¿Qué te parece? - Giré la cara para mirar a mi hermano. Él arqueó una ceja. - '¡Qué tontería es esa, Vitor! ¡Descanso absoluto! ¿No has oído lo que acabo de decir? - enfatizó, mirándome fijamente. - Sí, ¿pero ni siquiera puedo follar? Estás de br