La espalda estaba llena de marcas, Luke apretó los puños para lograr controlar la rabia que sentía. Su propio padre... Cuando Mark Lutz vio a Anna, terminó de confirmar lo que ya sabía gracias a Luke.
—Anna es como una hija, ese bastardo es un desgraciado. Le inyectaré un analgésico y te daré una receta para las medicinas.
— ¿Va a dejar de sangrar tanto? —preguntó la pobre Mary—
— Con los latigazos Samuel rasgó los vasos capilares de la espalda de Anna. Aunque el cuerpo esté tratando de detener el sangrado enviando a las plaquetas algunos componentes encargados de la coagulación, los cortes son profundos. No