Capítulo 3 "Omne initium est"

28 de diciembre de 1992

Dedrick Smith

André y yo caminamos por el sendero que guía hacia nuestro pequeño fuerte, nuestros pies se entierran en la densa nieve conforme avanzamos, al llegar a nuestro destino vemos como la nieve cubrió parte de la entrada de nuestro fuerte.

—¡Rayos! Tendremos que buscar algo para quitar la nieve de la puerta —exclama mi amigo.

—Buscaré alguna rama, quizá nos pueda servir —comento observando a nuestro alrededor.

—Bien, yo intentaré usar las latas vacías para quitar un poco de nieve.

Veo que comienza a andar hacia la puerta del fuerte, mientras yo empiezo a revisar entre las ramas bajas de algunos árboles, avanzo un poco fuera del claro hasta que veo un árbol pequeño e inclinado me acerco intentando quebrar una rama, pero mis manos enguantadas se resbalan de la corteza.

—Tonta rama —exclamo molesto después de varios intentos.

Escucho una risa y asustado me giro para ver de donde proviene, observo a una chica recargada en un árbol.

—Necesitas ayuda amiguito —me pregunta conforme se acerca a donde estoy, retrocedo un poco por inercia.

—N-no gracias, ¿Qué haces aquí? —tartamudeo un poco.

—Tranquilo solo daba un paseo —ladea la cabeza y una sonrisa aparece en su rostro observándome.

—Pero un niño como tú no debería estar solo por este lugar.

Detallo a la chica es un poco más alta que yo, pelo rojo cubierto por un gorro de lana, piel muy blanca, reparo en su vestimenta la cual consta de un pantalón desgastado junto a un suéter que parece ser varias tallas más grandes y unas botas viejas.

—Oye niño te estoy hablando —su voz me hace espabilarme.

Cuando estoy por responder André llega corriendo

—Ded, ¿encontraste algo? —se detiene abruptamente al observar que no estamos solos.

—¿Y tú quién eres? —le pregunta mi amigo.

—No es de tu incumbencia —chasquea la lengua.

—Solo daba un paseo niño, ¿Qué hacen ustedes en el bosque? —pregunta alternando la vista entre ambos.

—Solo venimos a jugar —respondo. —¿De dónde saliste tú?, nunca te había visto por aquí.

Ella solo ríe, mientras avanza hasta posarse frente a mí, teniéndola más cerca puedo ver que me saca unos cuantos centímetros, tiene ojos verdes azulados y unas cuantas pecas adornan su rostro.

—Acabo de llegar al pueblo —contesta sin dejar de observarme.

—Ded, hay que irnos —André jala mi mochila para llamar mi atención, él comienza a caminar.

—Si, vamos —me doy la vuelta para seguir a mi amigo, cuando veo que la chica empieza a caminar detrás de mí.

—¿Estás siguiéndome? —inquiero.

—No, que va niño, solo voy de regreso a casa —me da una sonrisa cargada de misterio, mientras sigue avanzando por el mismo camino que se fue André.

Esta chica es muy extraña —pienso, en tanto continúo mi camino.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo