Andrea
Mis piernas parecían gelatina y no podía hablar por el nudo en la garganta que tenía.
Volver a ver a aquellos ojos color esmeralda, aquella sonrisa de dientes perfectos, aquel cabello rubio perfecto y bien acomodado, me hacía ser tan feliz y tan deprimida al mismo tiempo.
-Yo... – dijo él – ¿te gustaría sentarte? – dije
- si – dije sentándome en aquellos escalones del kiosco, mirando a dos niños jugar con aquellas bicicletas color rojo.
Sentí la presencia de Kendall atrás mío, yo estaba tan nerviosa de volver a hablar con él, de volver a sentirlo cerca de mi
Voltee y él estaba sentado a mi lado, el silencio que había entre ambos era cómodo, como si aquel silencio dijera que todo estaría bien, que volvería a ser feliz…
Pero… nunca supe lo que un silen