Narra Kiara.
Al día siguiente me encontraba en el despacho resolviendo un par de cosas de la empresa cuando sentí el sonido de la puerta.
- Adelante - Exclamé, por la puerta no tardó en pasar Alessandro Berlusconi.
- Buenos día, Reina - me saludo sonriendo.
- Hola Alessandro - lo saludé sonriendo.
- ¿Cómo está todo por aquí? - cuestiona sentándose frente a mi.
- Hasta ahora bien, los ataques han parado - Comenté.
- He tenido noticias al respecto - Contestó el.
- ¿Y qué te trae por aquí? - Cuestioné.
- Tenía ganas de verte - Me guiñó un ojo.
- Alessandro - Reí negando.
- Esta bien, lo siento - Se disculpó sonriendo - ¿y qué tal ha ido todo con el chucho? - Cuestiona.
- No le llames así, te recuerdo que este lugar ahora es un hogar de lobos también - Mencioné seria - Y