Abby
―Tienes que descansar, esa caída que has tenido fue peligrosa, ¿Escuchaste lo que dijo la doctora? Casi se desprende mi sobrino...―detiene su regaño y se lleva la mano a su pecho, su labio tiembla, intenta retener las lágrimas. Me muevo un poco, y con la palma de mi mano sobre la cama le hago señas que se acerque.
Lo hace sin dudar, se recuesta a mi lado y me abraza.
―Estamos bien―intento tranquilizarla.
―Lo sé, pero el saber que seré tía... me ha vuelto algo sensible. No quiero que les pase nada...―suspiro contra su fleco.
―Gracias, Melani.
Nos quedamos en silencio por varios minutos, incluso estoy a punto de quedarme dormida.
― ¿Quieres saber