Abby
El edificio de ladrillos rustico y contemporáneo está frente a nosotros.
—Vamos.
Máximo baja de su asiento y sale del auto, le murmura algo a Edison y Máximo abre mi puerta. Extiende su mano para tomar la mía. Es algo extraño su gesto.
Bajo con cuidado, y cuando intento soltarme para caminar, sus dedos se entrelazan con los míos. Y empezamos andar de la mano, puedo sentir el calor que ejerce su agarre, intento soltarme sutilmente, pero el aprieta más. Me lanza una mirada de irritación.
—Van a pensar que...—me interrumpe.
—Me importa poco lo que los demás piensen.
—Pero no somos...—vuelve a interrumpir.