Capítulo X...
Al día siguiente Elizabeth despierta, encontrándose con un ramo de margaritas más un pequeño osito de peluche, la joven se siente asqueada, y dispuesta a tirar el regalo se coloca de pie cuando ve entrar a Carol.
-Buenos días, señorita…
-Buenos días, Carol, dime algo ¿Quién dejó esto?
-Ah – dando una sonrisa – pensé que le alegraría por lo menos ver algo de color en esta habitación tan muerta, así que me tomé la molestia de traerle eso
Elizabeth se sonroja de golpe – gracias…
-Todo por hacerla feliz señorita ¿desea algo más?
- ¿Me están esperando a desayunar, verdad? – Carol asienta y Elizabeth apenas puede suspirar – bien vamos…
Al poco la joven llevando un conjunto de pantalón negro y camisa roja baja a tomar el desayuno, su cabello lo lleva recogido en una sencilla coleta, y su fragancia a rosas encanta a todo aquel que lo percibe; cuando llega al comedor, en el acto frunce el ceño pues Erick la está esperando al lado de donde ella se sienta y Alex no dice nada…
-Hasta que te digna