Amor que bueno que viniste- Pablo la recibía con los brazos abiertos
-¿Donde están?- Serené lo vio con desprecio- ¿Dónde tienes a mis hijos?
-En un lugar seguro, no te preocupes amor,- la abrazo respirando su aroma- pronto los verás
-Pablo necesito ver por mis propios ojos que están bien- Serené se retiró, no apartaba la mirada de desprecio en contra de él.
-Después de que firmes los papeles de matrimonio, después de que seas mía- paso sus labios por cuello, Serené tembló, no podía estar viviendo los mismo- los verás antes no!
-No seré tu esposa!!- le gritó en la cara- recuerda que estoy casada
-Eres viuda amor- le mostró una acta de defunción- tu esposo murió en el incendio dónde tú perdiste la memoria- sonrío en señal de triunfo- además si no te casas conmigo nunca los volverás a ver, a la pequeña Renata la mandaré a un lugar donde les gusta a los hombres jugar con las niñas pequeñas y a Santi al peor lugar donde sufrirá- Serené se ll