Maisie se apoyó sobre su hombro y lo rodeó con sus brazos. "Lo siento cariño. Me equivoqué”.
"¿Te equivocaste? ¿Qué hiciste mal?”, respondió Nolan con indiferencia, permitiéndole abrazarlo.
"Yo... no debería volver a casa tan tarde, y no debería hacer que mi esposo me espere solo en nuestro hogar", le susurró Maisie al oído. Sus ojos estaban entrecerrados y se veía seductora.
Sin embargo, Nolan permaneció tranquilo e impasible. No había ninguna expresión en su rostro, y parecía poco afectado por su actuación.
Justo cuando Maisie iba a besarlo, él giró la cabeza hacia un lado. Le pellizcó la mejilla con la mano y le dijo frustrado: "Zee, no puedes esperar que te perdone después de ofrecerte a mí cada vez que cometes un error".
Esta era la primera vez que Maisie se sentía derrotada.
Nolan la apartó de un empujón, se levantó y se fue.
Maisie lo siguió y le preguntó: "¿A dónde vas?”.
Él abrió la puerta y le respondió: “Al estudio”.
Maisie se quitó las pantuflas sin saltarse un pas