Samantha se dio la vuelta y se detuvo delante del bolígrafo, lo recogió y lo colocó sobre el escritorio. "Ya firmé los papeles. Si no firmas, hablaré con papá. No quiero llevar esto a los tribunales para evitar que afecte nuestra reputación. Te daré tres días".
El corte en la palma de la mano le dolía tanto que se entumeció, y la sangre goteaba sobre las baldosas como flores. Salió de la casa de los Boucher sin mirar atrás, dejándolo todo.
En el hospital…
La enfermera ayudó a Samantha a coserle la herida y vendársela. Le dijo que no la mojara durante unos días y que en una semana podrían quitarle la sutura.
Samantha tomó su bolso y salió de la habitación, pero allí se encontró con Ryleigh y Maisie.
Maisie la reconoció de inmediato. Ella era la mujer que había salvado a Kennedy el otro día, pero antes de que pudiera hablar, Ryleigh gritó de repente: "¿Tía Samantha?".
Samantha sonrió y caminó hacia ellas. "Eres tú”.
Entonces se fijó en Maisie e iba a decir algo, pero Ryleigh se