Nolan se apresuró hacia ella.
Maisie cubría la herida de la niña con la mano. Su rostro estaba pálido mientras decía: “Nolan, ella se separó de su familia y está herida. No podemos dejarla aquí”.
“Lo sé. Ve a buscar un lugar y escóndete”.
“¿Y tú?”. Maisie tiró de él cuando se puso de pie. “Son demasiados y vienen a por ti. No puedes salir así como así. ¡Te matarán!”.
Cuando ella acababa de estar entre la multitud, había escuchado que esa gente venía a matar a Nolan.
Nolan la besó y le acarició el rabillo del ojo con la punta del dedo. “No te preocupes. Estaré bien. Ahora, escóndete y espérame”.
Nolan se puso de pie y se fue.
Maisie trató de detenerlo agarrándolo de la mano, pero fue en vano. La niña en sus brazos lloraba fuertemente a causa de sus heridas.
Enseguida, Maisie volvió a mirar a la niña y la consoló: “No te preocupes. No pasará nada. Te sacaré de aquí, ¿sí?”.
La niña dejó de llorar y asintió con la cabeza.
Una vez más, Maisie miró hacia la dirección en la que desa